Los jóvenes quieren contar y escuchar historias y lo hacen de manera intensificada por la tecnología, que ofrece oportunidades para desplegarnos en infinitos multiversos…

Todos los seres humanos sentimos la necesidad de narrarnos a nosotros mismos y a los demás… las narrativas constituyen el hilo que teje nuestra envoltura, nuestra identidad.Las narrativas que compartimos a través de la palabra, la mirada, la música, el movimiento… escuchándolas o narrándolas, nos ayudan a descubrirnos y a descubrir el mundo. Compartir y escuchar lo que sentimos, pensamos y hacemos nos emociona y genera un movimiento interior que nos impulsa a lo largo de la vida… Las narrativas generan los nodos de nuestro guión con recorrido en el cuerpo, las emociones y el pensamiento y desplegadas en los espacios reales y virtuales que habitamos, en el encuentro cara a cara y también en los encuentros mediados por las tecnologías.

Las narrativas generan los nodos de nuestro guión con recorrido en el cuerpo, las emociones y el pensamiento

La escuela es un espacio determinante del constructo de la identidad. Desde el punto de vista educativo se trabajan valores para el desarrollo personal y se promueven experiencias que incidirán de forma decisiva en el modo en que los estudiantes, y también los profesores, se desenvolverán en la vida. Por eso en los últimos años existe una creciente preocupación por confiar en el potencial individual, que se concretaen la individualización y personalización de las propuestas educativas como punto departida para desplegar los aprendizajes. En estas propuestas el argumento y la narrativa del proceso les corresponde a los estudiantes y prevalece sobre el resultado, porque es en los momentos de encuentro donde realmente se producen los aprendizajes. Una de las apuestas más fuertes es el trabajo por proyectos cooperativos que parten de las inquietudes de los propios estudiantes y la mediación de las tecnologías en los procesos de trabajo.

En el ámbito educativo los centros y el profesorado se cuestionan las oportunidades y desafíos de incorporar en las aulas las experiencias multiverso a las que los estudiantes recurren para desarrollarse fuera de los centros; WhatsApp, Instagram, YouTube, Twitter, Musically, Spotify y Facebook se encuentran entre los medios más usados por los jóvenes, según afirman los propios estudiantes. Iniciativas como la del proyecto de investigación Europeo Horizon 2020, Transmedia Literacy, tienen el objetivo de comprender cómo los jóvenes adquieren competencias fuera del aula, con la mediación de las tecnologías. De este modo las estrategias informales de aprendizaje pueden ser trasladadas al ámbito del aula, en formato de actividades y proyectos para los cuales se trabaja en un Kit del Profesor que facilite su desarrollo.

Se atiende a las oportunidades que ofrece la transmedia para motivar a los estudiantes y para desarrollar habilidades blandas, como la autonomía, el trabajo en equipo o la creatividad

Muchos centros escolares han realizado importantes esfuerzos por adoptar la transmedia en sus propuestas de aprendizaje. Se atiende a las oportunidades que ofrece la transmedia para motivar a los estudiantes y para desarrollar habilidades blandas, como la autonomía, el trabajo en equipo o la creatividad, en combinación con los aprendizajes más vinculados al currículo, en el marco de responsabilidad que supone formar a los estudiantes para el ámbito social en el que van a desarrollarse tanto personal como profesionalmente.

Por otro lado los centros se enfrentan a un importante desafío, ya que en ocasiones la multitud de oportunidades que se presentan en los medios nos enfrentan, tanto al profesorado como a los estudiantes, a la dificultad decanalizar nuestras inquietudes de forma positiva y a la superficialidad de los medios. Tan negativa es la carencia de oportunidades como las oportunidades mal encauzadas…

El uso extendido de las redes sociales ha generado cuestionamientos derivados de los usos que nos alejan de nuestra cara más auténtica. Muchos de nosotros, no solo los jóvenes, alimentamos nuestro ego con el fast-food de las redes: el número de seguidores, de comentarios y de likes, que genera lo que compartimos. En un afán de pertenencia compartimos nuestra intimidad sin reflexión, a menudo distanciándonos del momento presente para irlo reportando en redes, conducidos por una necesidad de reconocimiento. Los valores que guían estas conductas existían antes de la aparición de las redes sociales, la diferencia es la abundancia de medios para mostrarnos, su accesibilidad y la inmediatez del contacto… Y aquí es donde debemos cuestionarnos cómo estamos construyendo nuestra identidad, tanto en los espacios reales como en los virtuales.

En este ámbito es donde el colegio tiene un rol crucial, para generar oportunidades y la confianza para que nuestros estudiantes utilicen en los medios las narrativas más auténticas, que desarrollen una mirada crítica y personal… Las tecnologías nos transforman, pero nosotros también tenemos el poder de transformar los medios, a través del uso que hagamos de los mismos.